En nuestra formación, entendemos Mindfulness o atención plena más allá de la meditación sentada (que el lector puede encontrar en referencias como "vipasana" o "zazen").
Lo podríamos definir como "estar atento a aquello que ocurre y aquello que hacemos sin juzgar la experiencia, sólo teniéndola", y dicha atención es una práctica que podemos llevar a cabo en cualquier ámbito de nuestras vidas, en las acciones más concretas.
Desde la respiración, a estar sentados, caminar, barrer el suelo, fregar los platos, comer, hacer ejercicio, experimentar dolor o felicidad, tener sexo (con uno mismo o con una pareja)...toda y cada una de esas acciones pueden ser experimentadas de una forma diferente a lo que estamos acostumbrados si le prestamos toda nuestra atención y no nos dejamos "enganchar" por el futuro o el pasado (que vienen a nosotros en formas verbales que nada tienen que ver con el presente).
Al igual que con aceptación, defusión o valores, rápidamente puede surgir las siguientes dudas:
- ¿Si me paro a pensar mucho estoy practicando atención al pensamiento?
- ¿Si como mientras veo la tele, es atención plena?
- ¿Puedo practicar atención plena si no estoy tranquilo?
Engancharse en pensamientos y dejar que ellos te lleven donde quieran no parece que tenga mucho que ver con lo que está ocurriendo en el momento presente (sobre todo si esos pensamientos están muy relacionados con el pasado o con el futuro).
Comer mientras ves la tele es lo que podríamos llamar como "atención dividida", lo cual nos facilita muchas cosas en nuestro día a día, pero no parece que podamos prestarle toda nuestra atención a algo si estamos alternando de un objetivo a otro con rapidez.
Por último, dado que "estar intranquilo" es algo que ocurre en el momento presente, puedes de hecho prestar atención a ese momento de intranquilidad, sin juzgarlo, teniéndolo tal y como es en el momento en que ocurre.
En ACT, usamos Mindfulness para promover la flexibilidad psicológica. Facilita la tarea de no reaccionar ante todos aquellos eventos internos que tenemos y que no queremos, y la experiencia parece mostrar que quienes practican Mindfulness se ven más beneficiados de estrategias alternativas al control, como pueden ser aceptación y defusión.
Comer mientras ves la tele es lo que podríamos llamar como "atención dividida", lo cual nos facilita muchas cosas en nuestro día a día, pero no parece que podamos prestarle toda nuestra atención a algo si estamos alternando de un objetivo a otro con rapidez.
Por último, dado que "estar intranquilo" es algo que ocurre en el momento presente, puedes de hecho prestar atención a ese momento de intranquilidad, sin juzgarlo, teniéndolo tal y como es en el momento en que ocurre.
En ACT, usamos Mindfulness para promover la flexibilidad psicológica. Facilita la tarea de no reaccionar ante todos aquellos eventos internos que tenemos y que no queremos, y la experiencia parece mostrar que quienes practican Mindfulness se ven más beneficiados de estrategias alternativas al control, como pueden ser aceptación y defusión.
INTERVENCIÓN EN CONSULTA
Podemos introducir Mindfulness en consulta tras realizar desesperanza creativa y poner a prueba la "agenda de control".
Debemos tener en cuenta que practicar atención plena a cualquier evento privado, generalmente, es algo que no está en el repertorio conductual de la persona, por lo que no deberíamos esperar que realice una conducta nueva sin una mínima complicación.
Siguiendo esto, podemos ofrecer la experiencia de atención plena como una manera diferente de enfrentarnos a las cosas, como algo opuesto a la lucha que llevamos con aquello que no queremos.
Cosas a evitar:
- Ofrecer Mindfulness como una manera de evitar o controlar pensamientos o emociones
- Ofrecer Mindfulness como una manera de conseguir algo concreto
- Ofrecer Mindfulness si la persona ya tiene experiencia con Mindfulness
- Hablar demasiado de aquello que es o deja de ser Mindfulness
- Ofrecer Mindfulness como la solución a los problemas
- Ofrecer Mindfulness como un ejercicio espiritual/místico (a no ser que, de alguna manera, pueda ser útil para promover o reducir ciertas conductas)
En líneas generales, debemos ofrecer Mindfulness siempre y cuando identifiquemos en la persona cierta tendencia a un discurso sobre el pasado o el futuro; quizás personas que tengan buena "conexión" con el presente, no se beneficiarían tanto de la práctica.
EJEMPLOS DE PROMOCIÓN DE MINDFULNESS EN CONSULTA
Escuchemos a nuestras mentes
"Oye, ¿te has dado cuenta de una cosa?; es algo raro, aunque aún así es curioso. Mira, ahora mismo, yo te estoy hablando y tú me estás escuchando, ¿cierto?. Y cuando tú hablas, yo callo y escucho; pero pasa algo curioso cuando ambos callamos...porque seguimos escuchando, pero tú no me escuchas a mi ni yo te escucho a ti, dado que ambos estamos escuchando. Mira, hagamos una prueba, ¿vale?, vamos a callarnos durante 20 segundos, ¡ya verás!.
¿Qué has escuchado?, quizás algo como "no sé de qué habla", o "no entiendo nada, ¿a quién se supone que tengo que escuchar?". ¡Eso!, a eso me refiero: ¿quién ha hablado ahí?. Sí, hemos pensado, vale, esos pensamientos han aparecido en tu cabeza; bueno, muchas veces piensas cosas muy diferentes a estas, cosas feas y desagradables, cosas que realmente tú preferirías no pensar, ¿verdad?; entonces, ¿las piensas tú?, quiero decir, tu vas y decides pensar justo esas cosas horribles, tal y como decides andar, ¿es así?, sí, yo tampoco pienso que sea así, es algo más cómo...¡símplemente aparecen esos pensamientos en nuestra cabeza!, y literalmente es como si nuestra mente nos contase esas cosas...parece que no podemos controlar lo que nuestra mente nos dice.
Vamos a darle algo más de tiempo, ¡ya verás!. Unos dos minutos está bien, vamos a escuchar a nuestras mentes durante dos minutos.
¿Qué te ha dicho tu mente?"
Este ejercicio viene bien como introducción a la práctica de Mindfulness, y podemos sugerir su práctica durante la semana entre sesión y sesión.
Escuchar plenamente
Te invitamos a que busques un lugar cómodo en el que puedas sentarte y cerrar los ojos tranquilamente. Un buen lugar puede ser algún parque de tu ciudad, o si tiene costa sentarse en la playa a realizar este ejercicio resulta muy apetecible. Igualmente, no hay ningún problema en que el lugar a tu elección sea algún sillón, el sofá o incluso el suelo.
Te pedimos amablemente que te sientes de manera cómoda, y poco a poco vayas cerrando los ojos, ayudando así a lo que harás a continuación. Dedica toda tu atención al lugar en el que estás, en este caso dejando que cualquier sonido o ruido llegue a tus oídos de manera plena.
Cualquier sonido es adecuado, incluso si es un ruido que te pueda parecer molesto. Deja que tu atención se centre en aquello que escuchas, gentilmente.
Puedes recrearte descubriendo los tonos graves o agudos, la intensidad del sonido, o simplemente la ausencia del mismo: el silencio puede resultar en muchas ocasiones más estimulante que cualquier sonido.
Si algún pensamiento sobre lo que escuchas o sobre cualquier otra cosa acude a tu mente, déjalo amablemente quedarse el tiempo que desee. No te opongas a él, no ofrezcas resistencia, simplemente déjale quedarse y acompañarte en tu momento de atención plena, ser tu compañero; y como haríamos con cualquier compañero, déjale irse cuando le apetezca.
Cuando esto suceda vuelve tu atención hacia lo que estabas escuchando. Si ese sonido cesa, o si hay otros que captan tu atención, deja que suceda amablemente, de nuevo sin oponer resistencia al cambio de atención entre un sonido y otro.
Permítete estar plenamente en el momento de contemplación de aquello que tus oídos te permiten conocer: puedes escuchar el tono de la gente hablando, el sonido del viento entre los árboles, el ruido de algún tipo de mercancía desplazándose, las olas llegando a la orilla. Cualquier sonido, o ausencia del mismo, es adecuado.
Podemos emplear este ejercicio cuando la persona tenga un poco de experiencia "escuchando su mente". Se puede practicar en consulta, guiando al cliente, y sugerirlo como práctica diaria, durante unos 10 minutos.
Comer plenamente
La comida es un objeto perfecto para practicar la atención plena, dada la cantidad de estimulación sensorial que nos ofrece.
Empezaremos observando el plato que tenemos delante, dedicando un tiempo a contemplar su composición, sus colores, el brillo, la textura. Lo observamos como si fuera la primera vez que tuviéramos delante esa comida, como si fuera algo extraño y novedoso. Si viene a nuestra mente algún tipo de contenido dejamos que entre y volvemos a centrar nuestra mirada en la comida que tenemos delante.
A continuación podemos acercarnos y centrarnos en el aroma que desprende. Para ello podemos cerrar los ojos (recomendamos tener cuidado de no introducir nuestra protuberancia nasal en el plato) y así atender más al aroma que la comida que tenemos delante nos regala. Podemos recrearnos en cómo el olor de la comida entra y disfrutamos de él, haciéndonos sentir el impulso de llevarnos la comida a la boca.
Dejamos que cualquier impulso entre, se quede el tiempo que desee y volvemos a centrarnos en el aroma de la comida que tenemos delante.
Después podemos tomar una porción de la comida e introducirla en la boca, sin prisa, y dedicando toda la atención a las sensaciones que nuestros labios y lengua nos transmiten. Podemos dejar la porción en la boca, cerrarla, y dedicarnos a atender a cualquier textura, sabor o composición sensorial que experimentemos, sin prisa.
Podemos sentir cómo, al contacto con nuestro paladar, la comida provoca una secreción salivar que ayuda a la deglución. En cuanto deseemos, podemos masticar la porción, usando tanto dentadura como lengua para la tarea, lentamente, plenamente, parándonos a sentir el tacto y el sabor de aquello de lo que nos estamos alimentando.
Cuando lo deseemos, podemos tragar y continuar con el siguiente bocado. De nuevo, dejamos que cualquier impulso entre, se quede el tiempo que desee y volvemos a centrarnos en la deglución de la comida que tenemos delante.
Conectar a la persona con un reforzador natural como es la comida es algo que puede suponer un avance enorme en problemáticas como depresión o ansiedad, por lo que este ejercicio es muy recomendable.
EJERCICIO
- Se pide al lector que justifique extensamente por qué está de acuerdo o en contra con la siguiente afirmación: "Mindfulness es algo a entender para conseguir practicarlo de manera útil"
Atención plena no se explica, sino que se experimenta. No hay manera de "entender" MF si no es realizando un ejercicio de atención plena. Se trata de insertar una capacidad que todos tenemos (atender totalmente a algo) en la rutina conductual de cada día, para también de esta forma darnos cuenta cómo automáticamente solemos intentar quitar rápidamente atención a todos aquellos eventos que no nos gustan pensando que de esta forma podemos evitarlos o eliminarlos. No se trata de practicar tan sólo un ejercicio, sino de instaurar esta capacidad progresivamente en nuestra vida diaria, sólo practicando MF podemos llegar a "entender" la utilidad que puede tener el hecho de estar presente sin poner etiquetas, y usar esta herramienta como alternativa a los inútiles esfuerzos por controlar y evitar esos eventos desagradables.
ResponderEliminarBEATRIZ SÁNCHEZ CABRERA.
Al igual que sucede con la defusión, la atención plena no es algo lo cual deba explicarse ni entenderse al 100%, sino que se debe aprender por las experiencias y el contacto con cada ejercicio que hagas. De esta manera se forma en la persona una habilidad que todos tenemos, de ser capaces de estar centrado en el presente, de atender a lo que uno está haciendo en cada momento. Por lo tanto una vez se vaya desarrollando esta habilidad ya seremos capaces de entender el mindfulness, sin haber tenido una previa explicación de este y su fin.
ResponderEliminarEl mindfulness requiere de práctica diaria para que sirva de algo, de esta manera sí que se podría aprehender. No considero que deba ser entendido como un ejercicio aislado, sino como una forma de vida distinta a la que habitualmente tenemos, donde perdemos contacto con muchísimas experiencias que están pasando y que pueden ser realmente importantes. Así que para que realmente sea útil, más que entenderlo, será necesario hundirse por completo en su práctica.
ResponderEliminarEl Mindfulness no es algo que haya que entender; no es necesario conocer los procesos subyacentes a esta práctica para ser capaz de llevarla a cabo y experimentar sus beneficios. Simplemente hay que practicarlo y estar abierto a la experiencia; sólo con eso resulta útil y pueden notarse efectos beneficiosos en la capacidad para prestar atención plena al momento presente.
ResponderEliminar1. Se pide al lector que justifique extensamente por qué está de acuerdo o en contra con la siguiente afirmación: "Mindfulness es algo a entender para conseguir practicarlo de manera útil"
ResponderEliminarSegún esa afirmación primero se debe entender lo que es MF para, posteriormente, conseguir practicarlo de forma eficaz. No estoy de acuerdo con ello, puesto que creo que el MF se basa casi totalmente en la práctica más que en cualquier aspecto ajeno a ello para entenderlo. El hecho de practicarlo y experimentarlo es lo que lleva a entenderlo, por lo tanto la experiencia y el entender este van de la mano de manera simultanea, no como se expone en dicha afirmación, que más o menos viene a decir que “el entender MF te lleva a una práctica útil del mismo”. Asimismo, considero que se trata de un estilo de vida que resulta sencillo y complicado a la vez, ya que “solo” consiste en atender a lo que nos rodea (lo cual,inicialmente puede parecer algo simple, puesto que cuando queremos o necesitamos atender a algo que nos resulta necesario lo solemos hacer), pero a su vez atender a cosas que generalmente obviamos por nuestro ritmo de vida, rutinas o historia de aprendizaje resulta, a la hora de realizar MF, bastante complicado desde mi punto de vista y experiencia puesto que casi de manera automática y aunque pretendamos no hacerlo, solemos cambiar fácilmente el foco de la atención a aspectos del medio que nos resultan más atractivos o a atender a nuestros propios pensamientos (estén estos relacionados o no con aquello que pretendemos atender). Creo que el MF se entiende y mejora con la práctica, no se trata de algo que sea posible transmitir a otros sin la experiencia previa. Además, creo que no solo es una “´tecnica”/”heramienta” que se practique de vez en cuando y esto permita integrarlo y aprender de ella, sino que por el contrario es un estilo de vida que requiere de una continuidad inicial para posteriormente realizar una practica del mismo de forma “natural” puesto que, considero, llega a formar parte del día a día.
Estoy en desacuerdo con la afirmación "Mindfulness es algo a entender para conseguir practicarlo de manera útil”, ya que, si te paras a querer entender lo que es el mindfulness, no estás practicándolo. Además, si intentamos explicar al cliente qué es, podemos caer en el error de que lo tome como algo místico, algo que debe entender para llegar a practicar, y en realidad lo que buscamos es que lo viva y lo practique, no que se pare a pensar sobre ello o necesite entenderlo. Además, el querer entenderlo nos va a tener anclados a los pensamientos que nos evoque, sin prestar realmente atención plena al momento presente, a lo que esté realmente sucediendo en ese momento a su alrededor, por lo que sólo nos va a servir para alejarnos precisamente del fin de la práctica del Mindfulness o atención plena.
ResponderEliminarMindfulness es algo experiencial, es una práctica que explicada, puede darte una ligera idea de qué va el asunto en un claro sentido orientativo hacia “lo que no es”. No se puede hablar sobre la sensación de mojado si nunca antes se ha estado dentro del agua; esto es algo parecido. Podríamos divagar sobre lo que debería ser, se tendría que experimentar y cómo hacerlo paso por paso. Y entonces, si se entendiera, no sería verdad; las sensaciones, apertura al mundo presente, la sensación del tiempo cambiada…todas estas y más experiencias que se reciben con la práctica de Mindfulness sólo son entendibles una vez realizadas y obtenidas.
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